lunes, 21 de mayo de 2007

Relato dentro de un relato


Me habían invitado a una de esas fiestas caseras, disfraces, copas, mucha gente nueva…

Después de risas y copas la gente comenzó a marcharse y quedamos un grupo reducido, dos chicos y yo y cuatro chicas, entre ellas Alicia.

Alicia era una chica alta, pelo largo, negro y terriblemente brillante. Dentro de la discreción de la que hacia gala vistiendo, el vestido que llevaba caía por sus caderas dibujando una preciosa figura hasta justo por encima de la rodilla, donde eran ya sus bonitas piernas las que lucían por si solas. Resultaba una chica terriblemente divertida, ya no solo por como combinaba su agilidad mental con un acido sentido del humor, sino por una mirada incansable que escrutaba todo lo que a su alrededor sucedía, inquieta, simpática…

Acabamos rodeando una vela en una mesa, sentados en el suelo como si de un fuego de campamento se tratase, y en ese roll nos metimos. Contábamos historias vividas, historias que nos hacían entrar en situación, incluso nos inventábamos narraciones de miedo para provocar risas…

Carlos soltó por encima de las conversaciones de todos,

- ¿Quien se inventa una historia ahora?

- Dame un tema- Respondí con un poco de sorna y un aire que rozaba lo chulesco y lo simpático.

- ¡Erótico!!! – dijo Alicia.

Lo dijo así, con la picardía inocente de quien no es consciente de las consecuencias que puede acarrear las pequeñas y simpáticas travesuras que se le pueden ocurrir.

Erótico dijo… en cuanto oí esa palabra de su boca me levanté la cogí de los pelos torciendo su cabeza hacia atrás y mientras mi mano se hundía debajo de su falda internándose en su intimidad la besaba con lascivia sin antes haber hecho aviso alguno.

No fue así como ocurrió, pero es la manera mas grafica de ilustrar como se sintió Alicia tras pronunciar su palabra. Al oírla, dirigí mi mirada hacia ella, una mirada traviesa, firme y fija. Cuando la posé sobre ella se sintió penetrada, acompañada de un – ¿Erótico?- pronunciado con la mayor intención pude ver como sus mejillas se sonrojaban, como bajaba la mirada y la volvía a subir tímidamente susurrando un – si, ¿no?-

Disfrute ese momento, mis miradas, mis palabras iban directas hacia ella, notaba como la ruborizaban, era como si la estuvieran acariciando, notaba las reacciones de su piel, en sus mejillas, en su pecho haciéndose indiscreto tras el vestido, en su mirada entre titubeante y deseosa.

Después de mi brusco y atrevido acercamiento, decidí recrearme en su cuerpo… en sus sensaciones…

Ellos no sabían nada –comencé a narrar- su deseo flotaba en el aire, ajeno a los demás, ella sabia que el la deseaba y que cada palabra que pronunciaba, cada mirada que la dedicaba era una caricia cuidada en su cuello, sobre su pelo…

- La luz de la vela potenciaba mi mirada traviesa, provocadora, indecente y descarada. Ella la notaba posándose sobre si y respondía con su rubor, con miradas tímidas, y con inocentes sonrisas-

El la acompañó a casa, ella en el trayecto, recordaba el relato que acaba de oír, e iba imaginando como seria esa situación descontrolada en el portal, notaba como la excitación se iba apoderando de ella, cuando iba enlazando el relato con lo que estaba sucediendo, una fiesta de amigos, el chico que acompaña a casa a la chica… como se despiden en el portal, como sus labios se rozan bajo la mirada implacable de el, como su mano acaricia su cuello y se va deslizando hacia su pecho sabiendo que va a ser su deleite durante unos minutos y su sorpresa y excitación cuando nota como pasa de largo con una simple caricia sobre el bultito en su vestido y como se dirige rápido hacia sus piernas, siendo consciente de cómo va directa a invadir el interior de su falda. En ese momento notó una explosión de excitación en su cuerpo, notó como la humedad se apoderaba de ella esperando esa caricia que navegaba directa como si nada en el mundo pudiera pararla. Buscaba con la mirada a su alrededor, a las terrazas, buscando miradas u oídos indiscretos que pudieran captar el gemido que sabia que se le venia encima en cuanto esa caricia descarada llegase a su destino.

- Aunque miraba a todos los presentes, Alicia notaba que mi mirada era distinta cuando se dirigía a ella, quería hacerla sentir la protagonista de la historia, ella sabia que yo la llevaría a casa y notaba como cerraba sus piernas y las apretaba, como me miraba como temerosa de lo que sabia, la deseaba, y deseaba su protagonismo esa noche.-

Sintió la mano completa asiéndola, hundiéndose en su intimidad, mojándose a través de su ropa interior, y el gemido esperado salio como un suspiro suave, acompañado de la caída de su cabeza hacia atrás, entregándose, rindiéndose. Nunca nadie la habia excitado así, generalmente marcaba el ritmo con sus amantes, un ritmo políticamente correcto. Besos, besos al cuello, caricias en el pecho, piernas… El lo habia roto, fue directo y se sentía entregada a la mano que acariciaba con suavidad su ropa interior buscando su placer bajo la fina tela, entregada a la mirada lasciva que acariciaba su cuerpo y anunciaba lo que sucedería si abría la puerta de su portal, entregada al relato que le iba recordando con susurros al oído. Sentía que no era dueña de ella, su placer la dominaba, su lascivia crecía dentro de ella como no conocia, sintiéndose dispuesta a todo. Sabía que una vez dentro del portal sus braguitas negras con corte de culotte no durarían mucho puestas.


- Con el tiempo he aprendido a de un rápido vistazo encontrar los bordes de las braguitas debajo de los vestidos- Alicia me miró sorprendida, supongo que pensaba: ¿como sabrá este como son mis braguitas? Cada vez se sentía mas identificada, mas excitada, mas temerosa de mi compañía.

Al abrir la puerta del portal el la besó empujándola con su cuerpo hacia el hueco oscuro que hacia esquina al lado de la escalera, ella ya se habia entregado a la situación, lo besaba desesperadamente enredando sus manos entre su pelo largo. No hizo falta que el la colocara, cuando hizo ademán de darla la vuelta, ella sola se giró, apoyó sus manos contra la pared, y si inclinó ligeramente, dejando su precioso y firme culito en la posición que estaba segura que mas le provocaría.

Ni siquiera bajo sus braguitas hasta abajo, solo a media pierna, lo suficiente para dejar su sexo accesible y comenzar a poseerla.


- Mis sonrisas traviesas acompañando mi mirada hacían comprender a Alicia su papel en el relato, ella con su mirada me pedía por favor ¡para!!!! Conocia su excitación, quería que así fuera, quería anticiparla lo que iba a suceder, deseaba que llegara ya muy excitada a su portal.-

Deseba camuflar sus gemidos, y cuanto mas lo intentaba mas me provocaba a mi el deseo de que fueran incontrolables, cada vez que alguno se escapaba ligeramente, mis embestidas se hacían mas fuertes buscando que no pudiera contenerlos. Hubo solo uno, uno que realmente no pudo controlar, acompañaba un orgasmo que empapaba su muslo llegando a la altura de sus braguitas…

- Alicia iba tímida en el coche, quizás abrumada por mi descaro, quizás inquieta por esa situación desconocida para ella, un chico le acababa de narrar como la poseería. La excitación nos acompañaba en el coche, y así lo comprobamos frente a la puerta de su portal.-

4 comentarios:

Moura ao Luar dijo...

Muito excitante

Escondida dijo...

excitante relato y agradable acompañamiento espero ;)

Un besito escondido

Anónimo dijo...

Un placer leerte, y no será el único…
Un beso húmedo…,
Intenso…,
caliente…,
y corto… quiero que desees que continúe ...

Un travieso curioso dijo...

Si luna roja, quiero que continue.

Besos traviesos