lunes, 9 de abril de 2007

¿Diversión o sexo?



Mi sábado amanecía tranquilo, había salido todos los días anteriores, y decidí quedarme a descansar, no tenia ni intención de salir por la noche.

Entonces Ángel inicio en el Messenger. Hablando con él me dio toda la impresión de lo que luego fue. Ángel es un liante, un golfo, una de esas personas que son capaces de tentar, organizar situaciones, chinche, divertido, todo un torbellino…


Me propuso sumarme a una fiestecilla en Talismán. Sinceramente me daba pereza, pero las ganas de conocer a alguien tan travieso me pudieron. Ademas, por lo poco que conocia a Eva (solo un par de pinceladas sobre ella), me había dado la impresión de una chica simpática como pocas.

Nos tomamos todos un café antes de entrar a Talis. A Ángel sin duda le delataba la cara de pícaro. Eva sin embargo engañaba con esa carita rica y con esos ojazos que iluminan una noche. Mónica, una rubia encantadora, agradable y sensual. Cum, un chico alto e impresionante que al final resultó un buen compañero para planear travesuras, y Charlotte, una encantadora francesita, amante de la fotografía, de la conversación y de las nuevas experiencías.

Una vez en Talis y entre copas y risas, no tardamos mucho en acomodarnos muy cerca de la sala oscura, y como suelen decir… “tanto va el cántaro a la fuente…” que los cantaros entraron a la fuente oscura.

Las tres parejas derrochábamos deseo a borbotones. Me situé con Charlotte en la cama, besándonos llegué rápido a saborear su sexo, ella gemía, se estremecía, lo suficiente como para que una rubia preciosa la abordara echándose prácticamente encima de ella, quería disfrutarla, penetrarla con sus dedos, besarla y Charlotte correspondía con sus gemidos, abriendo las piernas pidiendo más…

Les dejé hacer y cuando me separé pude ver a Ángel, tumbado y a Mónica de rodillas al borde de la cama, con su culito en pompa, y llenándose la boca de él.

Comencé a explorarla, con mi mano, con mis labios. Me gustaba explorar su piel, sus labios, su interior con mi lengua. La recorría desde el clítoris hasta arriba, ella respondía empujando su sexo contra mi boca, yo me hundía más y más, mordisqueaba, succionaba…

En algún momento que no recuerdo encontré a Eva. Esa dulce chica se habia transformado, se encontraba viciosa, lasciva disfrutando entre manos, llenando su boca con Cum, y yo quise llenar mi boca con ella. Sin darme cuenta se encontraba medio tumbada, mi boca violándola, y las manos y los sexos envolvían sus gemidos.

Decidimos subir a continuar arriba. Los juegos eran incesantes, caricias, besos, sexualidad que flotaba entre nosotros, deseo que nos dominaba.

Ángel no ceso de disfrutar, hablador y animador, pendiente de todo el mundo, chinchando, atento a que todos lo pasáramos bien, un anfitrión excelente sin duda incluso fuera de su casa.

Eva peleó toda la noche, digo peleo porque su fogosidad es ilimitada, sentirse entre sus piernas, es violento, salvaje, una guerra entre dos cuerpos, sus piernas te atenazan, de su mirada brota el deseo mas vicioso, es una lucha de caderas, como si hubiera que determinar quien es mas fuerte.

Cum disfrutó e hizo disfrutar toda la noche, un estupendo amante para cualquier mujer sin duda. Por designios del destino, le toco sufrir las esposas y el vendaje que llevábamos preparado para Ángel. Se notaba que Eva y él esperaban ese momento, pelearon, se amaron, se dieron el uno al otro con la pasión desmedida que crea la espera del momento deseado. Disfrutaron toda la noche hasta que en las duchas, el dejó derramar toda tu excitación en su boca llenándola de él.

Charlotte, siempre dispuesta a complacer disfrutó de la experiencia de unas perlas húmedas recorriendo su intimidad. Esas perlas que instantes antes llevaba al cuello, ahora se enviciaban en su sexo, en su humedad. Me sorprendió su dualidad, pasaba del disfrute, del gozo a la calma, a la relajación. La veía de una esquina a otra, a veces disfrutando, a veces haciendo disfrutar, a veces relajada, a veces observando.

Sin duda lo que me tentó a sumarme a esa noche fue el conocer a una pareja que prometía simpatía, sexo y diversión, ese tipo de gente que a primera vista dices: -Hay que conocerlos-

En todo ese tumulto que formamos nosotros y al que se sumaron también otras parejas, yo me despisto, me disperso hasta tal punto que apareció un nuevo invitado. Si, ese al que ningún hombre quiere ver y que no te deja disfrutar de tus deseos.

Me costaba excitarme, y es que el jaleo me divierte, me divierte mucho, pero para la excitación, prefiero ambientes más íntimos, de dos, tres o cuatro.

A pesar de ello, ya habia oído gemir a Mónica abajo, cuando comencé a explorarla por detrás y esos gemidos me excitaban, provocaban el deseo de volver a hacerla gemir.

Tuvimos uno o dos encuentros en la cama, donde comenzamos a disfrutar el uno del otro, donde se atisbaba ese comportamiento que me excita, lascivo, vicioso, obsceno en ocasiones…

Tras agotarnos y con el sudor de nuestros movimientos decidimos ir a ducharnos, necesitábamos refrescarnos.


En la ducha comenzamos a enjabonarnos, el uno al otro, no buscábamos nuestra espalda buscábamos nuestro sexo, volvíamos a gemir como hacia pocos minutos.

Ella arrastraba mi excitación para sentirla, nuestros cuerpos se juntaban. Yo sentía su mano acariciándome, rozándome con su sexo, el chorro de la ducha que dirigía hacia mí para completar mi placer…

Me envenenó, me envenenó tanto que ahora no recuerdo si con suavidad o con brusquedad la empuje contra la pared, para poseerla de pie, me tenia excitado, me pedía que la golpeara con mis caderas cada vez mas fuerte, y yo embestía como poseído, poseído por el deseo que me habia despertado.

Casi a rastras la llevé de la mano a la cama mas cercana, donde de rodillas, comenzó a gemir, nos hablábamos, nos daba igual quien nos oyera, una pareja a nuestro lado nos observaba, observaba como cada vez llegaba mas dentro de ella, como ella cada vez gemía mas, como la cogía casi sin cuidado del pelo tirando hacia mi…Nos escuchaban, nuestras palabras obscenas, esas que adornaban nuestro vicio. Yo tratándola como ella deseaba ser tratada, y ella comportándose como lo que se quería sentir en ese momento.

Mientras notaba como cada vez mi polla la abría mas, acariciaba su cuerpo, comencé a jugar con ella, y mi sorpresa y mi placer, pero sobre todo mi morbo, llegaron al máximo cuando note que el cuidado no hizo falta, cuando note que no hizo falta ir poco a poco, cuando note que podía estar tranquilo que no le dolería, cuando note mi polla resbalando con suavidad, sin ninguna objeción, dentro de su culito. Eso me excitó aun más, no olvidaba tener cuidado, no lo olvidaba hasta que ella a mis preguntas respondía: -siiii, ¡¡¡mas fuerte!!!!!-


Para mi ese fue uno de los momentos mas morbosos de la noche, ese y la imagen de Mónica derramando mi placer por la comisura de sus labios, labios que no pude evitar besar para compartir ese placer.

La noche acabó como tenia que acabar, con risas y muy buen ambiente. Acabó después de haber conocido a un grupo que sabe combinar perfectamente el sexo con la diversión, y por supuesto, acabó con un deseo para el futuro, Eva, tenemos una cuenta pendiente. ;-)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado el relato.
Y me encanta ver ese desnudo de mujer. Seguro que es eva: pasional, salvaje, libre.
Quiero tenerla yo en mis brazos, notar sus golpes, sus arañazos, su fuerza. Sus orgasmos.

galilea dijo...

Uffffff, pero como me has puesto!!!!!! menudo encuentro... me ha recordado mucho a mi experiencia en otro local de intercambios, aunque si te soy sincera... ni de lejos se parece tu experiencia a la mía... ya quisiera yo para mí algo parecido, pero... todo se andará.

A la proxima... me avisas, eh? jajaj

Un beso.