domingo, 15 de enero de 2012

El arte de seducir. Capítulo V. Energía.



Continuación de: El arte de seducir. Capitulo IV. Disposición.


Capítulo V: Energía.



En nuestro camino hacia la seducción deberemos contemplar y usar correctamente nuestras fuerzas normales y nuestras fuerzas extraordinarias.

Como norma general deberemos usar nuestras fuerzas normales durante el camino y reservar y usar las extraordinarias solo para el momento final.

Tomaremos aquellas fuerzas extraordinarias como aquellas habilidades que poseemos y que se salen fuera de la norma, como por ejemplo, nuestra habilidad para la magia, la poesía, para saber localizar y jugar con puntos erógenos como en las manos, el cuello, el hombro, o la habilidad para derretir con la mirada o la sonrisa, o la habilidad para excitar con unas breves palabras.

Al ser así deberemos guardar nuestra mejor baza para el momento final, donde sus barreras ya se encuentran debilitadas para derrumbarlas de golpe y hacer sucumbir a la persona a seducir a nuestros deseos sin ya, ninguna posibilidad de defensa.

Para ello deberemos no solo de aprender a usar nuestros recursos, sino a combinarlos debidamente.

En la mayor parte de las disciplinas, se recomienda el dominio de todas las técnicas y la especialización en tres o cuatro en concreto. No se puede ser especialista en todo.

Sin embargo, al igual que las notas básicas de la música son 7 y sin embargo podemos escuchar infinidad de melodías, nosotros debemos aprender a dominar nuestros recursos básicos combinándolos hasta el infinito.

Cuando el ataque de un halcón acierta a romper el cuerpo de su presa, se debe a la precisión.

Así pues quien pretenda dominar el arte de la seducción, deberá calcular el momento exacto de su ataque y regularlo con precisión.

Para hacernos una idea la fuerza, la potencia del ataque, podría ser la fuerza con la que se tensa la cuerda de una ballesta, la precisión, ser capaz de elegir el momento adecuado en el que presionar el gatillo.

Si el desenlace de tu ataque se basa en un beso, este ha de ser preciso, hay que saber ofrecerlo en el momento idóneo, en el lugar adecuado (labios, cuello, espalda…), con la intensidad precisa y con las fuerzas extraordinarias necesarias (caricias, abrazos, sujeciones, palabras, mirada…)

Si el desenlace de tu ataque se basa en una caricia, ésta ha de ser precisa y hay que saber ofrecerla en el momento idóneo, en el lugar adecuado (cuello, espalda, manos, piernas, senos, sexo…), con la intensidad precisa y con las fuerzas extraordinarias necesarias (sonrisa, mirada, palabras…)



El orden y el desorden de los acontecimientos puede beneficiarnos, por eso, aunque se evidencie desorden y caos éste puede ser el resultado de nuestra organización.

La torpeza de nuestros actos (por supuesto sin abuso) puede ser resultado de la previsión y la estrategia.

¿En cuantas ocasiones una torpeza como una copa caída, una mancha en tu camisa o un tropiezo, no nos ha ofrecido sino una situación propicia para romper el hielo en un momento dado, para distender el ambiente de una manera divertida o como excusa para provocar una situación?

En algunos manuales de entrevistas de trabajo especialmente americanos, se propone tropezar al entrar en la entrevista.

Excesivo a mi juicio, sin embargo, la base de la idea me parece muy interesante, ya que la propuesta se basa en ser recordado. Al mes de la entrevista, si llamas a tu entrevistador, probablemente le digas el nombre y no lo recuerde, sin embargo, si le dices:

- El que se tropezó al entrar.

Te identificará con total seguridad.

Vuelvo a insistir en la necesidad de tratar este aspecto con mucha cautela, ya que la línea entre una torpeza sutil y divertida entre parecer un patoso, es muy fina.

En cualquier caso, esta situación puede crear un momento de confusión y “revuelo” que suele ser propicio para un breve y efectivo ataque. E indico bien, “breve y efectivo ataque”. No lo confundamos con el típico error de principiante de aprovechar para besar por sorpresa ya que no se atreve a hacerlo en otro momento.

No digo que no se pueda hacer, pero siempre cumpliendo las premisas que en estos capítulos se detallan.

Así pues, los hábiles en esta arte podrán crear las situaciones necesarias para el éxito. Serán capaces de ofrecer algo apreciado, para que sea tomado mientras su ataque definitivo se hace inminente.

3 comentarios:

reinamora dijo...

Me encanta mi descubrimiento...!
el arte de seducir!
Iré leyendo tu blog, fascinante
besos!

reinamora dijo...

Me encanta mi descubrimiento...!
el arte de seducir!
Iré leyendo tu blog, fascinante

Un travieso curioso dijo...

Hola Reina Mora.

Espero volver a verte por aquí. Ha sido un placer descubrirte a ti.

Besos traviesos

Muy traviesillo