domingo, 4 de diciembre de 2011

Una noche para tres



Esa noche nuestras intenciones eran otras, sin embargo, en ocasiones, da la impresión de que es el destino el que toma decisiones por ti.


Estábamos en Fusión, traviesos, con ganas de jugar. Nos habíamos acomodado para tomar una copa mientras charlábamos y de repente él se acercó.

Nyeri ya se había fijado, lo cual no era de extrañar, ya que el chico tenía muy buen aspecto, un cuerpo bien formado, marcado y atractivo.

Cuando se presentó e inició la conversación con nosotros, pudimos comprobar que además era muy agradable y educado, por lo que estuvimos charlando un buen rato, mientras comprobábamos que la complicidad entre los tres iba creciendo.

Podía notar como a Nyeri el chico le agradaba, por lo que propuse acomodarnos en algún rincón del local y continuar charlando allí.

Como decía antes, la complicidad era patente, y nada más acomodarnos en la cama, Nyeri nos sorprendió cuando al quitarse el vestido, lució un precioso corpiño granate que combinado con el resto de su lencería, nos fascinó. La acomodamos entre nuestros brazos y nuestras caricias y besos comenzaron a fluir.

Comenzamos a besarla, mientras yo recorría sus hombros y su cuello con mis labios, el chico acariciaba sus piernas y comenzaba y sus bocas comenzaron a jugar. Nyeri nos correspondía, sus manos navegaban entre los dos cuerpos, explorándolos, jugando con ellos.

Podíamos notar como ella se iba entregando y abandonando cada vez más a nosotros. Mis besos bajaron por su espalda hasta llegar a su precioso culito, donde me entretuve mientras ella, agachándose cada vez más acabó por fin saboreando el sexo de nuestro invitado.

Yo jugueteaba por detrás, y disfrutaba de sus primeros y suaves gemidos. Me vuelve loco oír como comienzan y como cada vez se tornan más intensos y acelerados.

Nos recostamos los tres juntos y nos dedicamos a ella. Yo no tardé en bajar con mis labios a saborear su excitación, y el no tardó en volver a ofrecerle su erección. Nyeri la recibió con agrado, dedicándose a ella en ocasiones de manera pausada, como saboreando cada centímetro que introducía en su boca y en otras ocasiones de manera lasciva, comiéndosela casi con ansia mientras le miraba a los ojos con esa mirada que dice:

- Mira como me la como. Mira lo zorrita que soy….

Yo no podía aguantar más la visión de Nyeri entregada a nuestros deseos, gimiendo cada vez más, por lo que sin pensarlo me alcé y comencé a follarla sin mesura.

Continuamos jugando, ella nos dejaba hacer, disfrutaba. Él y yo nos turnábamos, cambiábamos de posiciones hasta que finalmente, mientras mi lengua jugaba con sus labios más íntimos, ella masturbaba a nuestro invitado y uno o dos espontáneos comenzaron a sobar sus pezones, estalló por fin en un impresionante orgasmo.

Nos relajamos primero entre caricias y tomando otra copa y poco después acomodándonos de nuevo en otra de las camas donde continuamos compartiendo y comentando algunas experiencias vividas.

Mientras hablábamos, volvíamos a acariciar a Nyeri, ella nos correspondía suavemente.

A nuestro invitado le encantaba escuchar las excitantes experiencias que ella le contaba, y podíamos comprobarlo observando como su excitación iba creciendo entre las palabras y las caricias de Nyeri.

La situación era agradable, tranquila y relajada, por lo que bajé lentamente y me acomodé para besar de la misma manera su sexo.

Todo progresaba lentamente, la excitación iba creciendo de manera calmada, Nyeri continuaba susurrando sus aventuras a nuestro invitado mientras su mano acariciaba su polla lentamente. Yo desde más abajo, continuaba escuchándola, y en ocasiones al levantar la vista, podía observar como se besaban, como él en ocasiones le decía lo que le excitaba escucharla, y como se la ofrecía de vez en cuando para que ella pudiera saborearla.

De repente oí a Nyeri susurrarle:

- Estoy deseando que me folles…

Me encantó no solo oírlo, sino el deseo con el que se lo dijo, por lo que me retiré y pude observar la cara de placer que puso cuando él se la metió casi de golpe.

Me excitaba ver como se deleitaba con las embestidas de nuestro invitado mientras yo follaba suavemente su boca.

Sin embargo, en ese momento, me di cuenta de que lo que más me apetecía no era participar, sino disfrutar de la imagen de Nyeri follando con un desconocido que le estaba ofreciendo un placer más allá de un simple polvo de local.

Me retiré un poco y me acomodé mientras me acariciaba con suavidad. Observaba como se follaban, como ella le pedía más, como le decía:

- Joder, me duele, pero me gusta… Sigue!!!

Como se besaban, bueno, en especial, como le besaba ella. Me encantaba verla entregada a un chico que de verdad le gustaba, como le acariciaba, como en ocasiones se volvían completamente obscenos y Nyeri le mordía con fuerza los pezones y como en ocasiones se follaban con calma, con besos y caricias suaves.

Por fin nuestro invitado estalló en un gran orgasmo y en cuanto cayó rendido al lado de Nyeri, le tomé el relevo.

No solo fue que Nyeri me lo pidiera, mi excitación había ido creciendo y creciendo mientras les observaba, así que no pude contenerme. Ella estaba en pleno clímax tras el orgasmo de nuestro invitado, por lo que comenzamos a follar descontroladamente hasta que por fin estallé dentro de ella y nos fundimos en un tierno beso.

Reposamos nuestro placer entre charla, caricias y una última copa para hidratarnos hasta que por fin nos despedimos de nuestro inesperado invitado y nos retiramos a casa.

Ya habíamos jugado en otras ocasiones con terceros, y siempre me ha vuelto loco verla disfrutar, pero nunca habíamos hecho un trio con un chico solo. Este fue el primero y cuando lo recuerdo, las imágenes con las que más me recreo, son aquellas en las que veo a Nyeri contenta y disfrutando en todas sus facetas.


2 comentarios:

Nyeri dijo...

Una nueva experiencia llena de morbo, sensualidad y pasión.

Me encanta compartir mis fantasías contigo, y por supuesto, nadie mejor que tú para hacerlas realidad.

Gracias.

Nyeri

Un travieso curioso dijo...

Nyeri.

Compartirlas contigo no es solo un placer, es un verdaro lujo.

Hacer realidad contigo una fantasía, es solo el comienzo de otra.

Besos muy traviesos.

Muy traviesillo