sábado, 4 de febrero de 2012

Sensaciones (Por Alma)




Hubo 2 veces que planifiqué a conciencia asistir a una fiesta nocturna con C. Pensé la coartada, fui preparando a mi pareja con antelación, compensándole de antemano por el tiempo que le iba a robar, teniendo cuidado de no pelear para que no hubiera ningún impedimento, asesorando a las personas que me darían la coartada caso de ser preguntados… y las dos veces, en el último momento, me eché atrás. Pensaba que había sido por miedo, falta de valentía y decisión, por temores infantiles infundados… ahora sé que fue porque el destino es el que decide, y el viernes pasado, pensando que quizás también al final me rajaría, él ya había decidido de antemano que me haría pasar una noche tremendamente especial.

Había una fiesta organizada por una amiga de C. y no las tenía todas conmigo. No conocía más que esa chica, yo iba sola sola solita, tenía toque de vuelta a casa a hora muy temprana y encima no podía arreglarme demasiado para no levantar sospechas. Pero eso no me importaba demasiado, me inquietaba más, por ejemplo, saber si me tomaría una copa, dos, o me cogería el coche en menos de 5 minutos y el camino de vuelta a casa…


Pero no, el destino ya lo tenía todo apañado. Había decidido que esa noche, pese a tantos impedimentos, yo tenía que salir porque me iba a encontrar contigo. ¿Quién sino él fue el que me impidió salir en las otras ocasiones? Si lo hubiese hecho nada de lo de esta noche, seguramente, abría llegado a pasar…


Llegué, “Qué bien”: … En cuanto entré, me tranquilicé. Ya no había peligro: ya estaba ahí, ahora sólo debía disfrutar, era mi noche y tenía que aprovecharla al máximo. Apareció otro hombre conocido, con el que me une también la cultura y viniendo acompañado de una escritora, no sé ni cómo, me encontré largo rato charlando con ella acerca de su libro, la edición del mismo, el argumento, los detalles económicos… muy interesante pero …joder! yo no había venido hasta ahí y montado todo este jaleo para hablar de literatura por muy erótica que fuese.


Entonces, a la que pensé eso mientras me decía “Tengo que hablar con otra persona”, levanté la mirada y te vi a ti: fue como si tu sonrisa fuese una gran linterna, me enfocases con ella, casi me obligases a sonreírte yo también y me dijiste algo tan sencillo como “Hola!!” pero un hola especial, un hola alegre y expansivo… que me arrastró y sin saber ni cómo, (jajaja, ahora que lo pienso, igual dejé a la escritora con la palabra en la boca!!!) me encontré hablando animadamente contigo, muy, muy animadamente.


Porque tenías razón: no somos iguales con todos y si yo saqué lo mejor de ti, tú también hiciste eso conmigo pero creo que todo empezó por ti: tú sentaste las bases de una conversación animada, interesante, alegre, divertida y con ese tono picante que te caracteriza y que trato, haciendo un gran esfuerzo de memoria, de recordar de dónde provenía sin lograrlo (por eso tengo tantísimas ganas de volver a verte, me provoca descubrir de dónde salía tu magia) No sé si salía de tu risa, de tu sonrisa, de las palabras que escogías, de lo que contabas… tengo ahí una laguna.


Sólo sé que me fuiste seduciendo con una alegría y una excitación que fue ganando terreno poco a poco. Te escuchaba muy interesada y atenta a todas las señales: lo que decías, cómo lo decías, lo que tú cuerpo confirmaba o negaba con tus gestos, cómo te movías pero… estaba cada vez más hechizada, era como que iba cayendo en un embrujo, y no podía seguir concentrándome en analizarte y me dejaba arrastrar por tu pasión, por esa que le ponías a todo lo que decías y por una arrolladora personalidad que descubría una persona cabal, atractiva, llena de intereses, profunda, reflexiva y a la vez, tan vital, tan llena de vida…


Muchas cosas las he olvidado, me llenaste la mente (y luego el cuerpo) pero estoy segura que caí rendida a ti con eso de que uno tiene que estar lleno de sí mismo para poder dar y que el problema de muchos (mi actual caballo de batalla) es buscar fuera, fuera fuera… Por paradójico que suene ahí fue cuando me llené de ti y pensé por primera vez “Y si le beso??”



Tú… jajaja, estabas como lleno de vida (otra vez lo digo, es que lo que mejor define lo que me trasmitías) y yo pensaba que totalmente ajeno al deseo que ibas despertando en mi pecho… Jajaja, recuerdo que ahí, conscientemente empecé a intentar seducirte con mi forma de moverme, de hablarte y de acercarme a ti… intentaba hacerme deseable a tus ojos y ofrecerte mi imagen más seductora a la vez que … me sentía traspasada por la buena comunicación y lo buen oyente que eres y lo mucho de sinceridad y buen rollo que se notaba en todo lo que decías… parecías tan buena gente, trasparente y sin un ápice de doblez… Pero parecía que no te influían mis artes de seducción: a veces me tocabas por error o porque alguien nos empujaba y te apartabas rápidamente con un perdón en los labios. “Oh, pensaba yo, no ha aprovechado la ocasión de tocarme, no me desea”.


Entonces decidimos acomodarnos cerca de la entrada y yo te dije: “Dame la mano!!” porque yo sí me moría por tocarte! Y tú me la diste sin un segundo de duda… me encantó. Hablamos más, apareció la chica esa, un chico, y yo pensé: “Hasta aquí lo bueno, ahora se amplía el grupo y adiós embrujo”… pero nooooo, de pronto, otra vez tú y yo nos encontramos hablando el uno sólo para el otro y creando un espacio mágico dónde sólo importaba lo que el otro dijese y parecía q los demás habían desaparecido aunque nos rodeaban… Y entonces, te acercaste y me besaste. Recuerdo que me derretí, literalmente, es decir, mi tanguita se mojó de deseo por ti… Busqué tu pecho, que es lo segundo que más me gusta en un hombre, y luego, no sé en qué momento, busqué tu sexo que estaba, también, buscándome a mí, duro, fuerte, potente y deseándome…


¿Qué más pasó? No sé, sólo sé que besabas muy bien, que me abrazabas mejor, que me ponías muy cachonda y me moría por ser tuya… Entonces alguien dijo de ir abajo, ¿tú, yo? No sé. O a pedir una copa primero, no? Y luego de pedir la copa, antes de bajar, yo quise ir al baño, y mientras esperaba la cola tú apareciste y me dijiste que querías estar conmigo a solas y no con un montón de gente alrededor. “Joder, pensé, lo siento por la fiesta y su organizadora pero yo me voy con Muy Traviesillo ahora mismo al fin del mundo!”.


Siguiéndote en el coche, pensaba, Qué locura! Pero ni por un momento porque me fuese a pasar nada malo, tenía plena confianza en ti. Sólo pensaba que tenía tantas tantas ganas de arrodillarme entre tus piernas y descubrir lo que había bajo tu pantalón…


Llegamos a tu casa, y tú, como un caballero (no me esperaba menos) me ofreciste algo de beber y yo tenía sed, de verdad, me hubiera tomado una copa pero también tenía una urgencia vital que era beber de tu sexo y eso te dije, “Sí – sonreí pícara- quiero beberte a ti..." Me llevaste a tu cuarto, ví que tenía una pared forradita de espejos, me reí de purita felicidad, Espejos para verme follar!! Me chifla! Te pusiste detrás de mi, yo había ido conduciendo y quitándome a la vez, no sé ni cómo, el sujetador y tú subiste mi camiseta para sacármela… pufffffffff, qué excitante imagen yo medio desnuda y tú con la camisa abierta, tu pecho potente, no podía esperar un segundo más para desabrochar tu pantalón, arrodillarme como la perrita deseosa en que me estaba conviertiendo por ti, entre tus piernas y descubrir con alegría y excitación que no llevabas calzoncillos y que tu sexo duro miraba al cielo buscando mis labios…


La 1º vez que te comes la polla de un hombre es una experiencia fascinante… descubrir su olor, su sabor, su textura, lo que él hace cuando se la chupas… es una prueba de fuego. Algo que ocurre no pocas veces, es que mucha excitación, mucho deseo pero llegada la hora de verdad, no hay felling por algo: el olor no te agrada, o el sabor, o lo que él hace… Tú no. Yo… exactamente no sé lo que hacías, no sé cómo olías, no recuerdo tu sabor, es por esto que necesito tanto volver a saborearte porque no sé a ciencia cierta qué hubo, no lo logro recordar, pero sé que me fascinaba!!! Me ponía a morir, me encantaba, me volvía loca, me excitaba locamente rodar contigo por la cama, follar, besarnos, hablar, comernos, cambiar de postura, hablar, reir, jugar… Oh, Dios a eso yo le llamo sexo del bueno, del bueno buenísimo y desde mi limitada experiencia, es tan difícil que se dé, que me sentía terriblemente afortunada de haber respondido entregada a tu simpático Hola! Podía no haber pasado pero no, ahí estaba, entre tus brazos, gimiendo, gozando, sintiéndome de puta madre, con un tío atento, sexy, divertido, interesante, bien tratada y muy muy bien follada… ¿Recuerdas que a veces me reía? Te juro, era de pura alegría y de tanto placer. Otras era porque pasaban cosas realmente divertidas: estábamos en plena batalla y de pronto, la cama se rompió!!! Acaso nos importaba? Para nada! Yo reía un poco, tú seguías, y yo me olvidaba rápidamente de la cama y volvía a unirme a tu movimiento de nuevo buscando tu esencia q deseaba beber, recuerdas? Te lo pedía: “Córrete en mi boquita, quiero saborearte, no te olvides”.


En esa locura de folleteo que tanto disfruté contigo y gracias a ti, recuerdo con especial excitación el final: te dije: “Nadie me ha follado nunca así”: tú me ponías de lado, abrías mis piernas y acomodándote entre ellas entrabas en mi… y me besabas, Muy Travisesillo, y me hablabas sin parar, te inventaste una historia superexcitante de que me ibas a ofrecer en algún sitio a todo hombre que entrase, que iba a ser follada hasta reventar, que un hombre me llenaría de leche y otro enseguida ocuparía su lugar, que estaría horas follando y luego, luego vendrías tú a amarme más todavía…


Pufffffffffffffffff. Siempre he pensado que los hombres eran visuales y las mujeres auditivas y que por eso a vosotros os gusta ver: la lencería, las formas de la mujer, etc y a nosotras que nos hablen... pero estar contigo y hablar tanto mientras follábamos y follar tan bien y sentir tanto placer y saborear tan exquisitamente tu cuerpo, y gustarme tantas cosas de ti y que todo fuese tan excitante, agradable, divertido… Pocas veces en mi vida he tenido un encuentro tan fascinante en tantos sentidos!!! Y voy a hacer mucho, vas a ver, porque se repita.

Texto: Alma



3 comentarios:

Nyeri dijo...

Me gusta la pasión que pone Alma contando sus sensaciones y me encanta que transmita, perfectamente, lo fácil que es para ti seducir a una mujer y hacerla sentir una reina...o una puta. En cuaquier caso, jugando y disfrutando cada minuto juntos.

Si es que tienes todos los ingredientes para hacer que una mujer se derrita ante ti.

Besos dulces.

Nyeri.

Un travieso curioso dijo...

Muchas gracias Nyeri.

Lo cierto es que resulta fácil cuando, por decirlo de alguna manera... "se alinean los astros" ;-) En ese momento, es quizás cuando uno, tal como dices, ha de tener ese deseo de que todo resulte sencillo, natural, y ofrecer a esa mujer sentirse como desee en cada momento como bien describes, y por supuesto, jugando e intentando disfrutar en cada momento.

Es posible que yo tenga todos esos ingredientes, seguro que he ido haciendo acopio de ellos durante toda mi vida y entre cosas, aprendiendo de quien he admirado y admiro y entre esas peresonas, sin duda te encuentras tu.

Besos traviesos

Muy traviesillo

Anónimo dijo...

A mi me encantó ser espectador indiscreto de ese inicio en Edén. Sólo espero muy pronto poder compartir esos momentos con quien tu y yo sabemos. Me encantas, Alma, no cambies.
J