El arte de seducir. Capitulo XIII: La ética de la seducción
Continuación de: El arte de seducir. Capitulo XII: Ataques de fuego.
El arte de seducir y el arte del
engaño son dos artes que no tienen nada que ver entre si.
No se puede concebir la seducción
como un arte si se encuentra presente el engaño.
Dicho esto, debería bastar para
entender perfectamente en que se debe basar la ética de la seducción, sin
embargo cuando de engaños se trata, conviene tener en cuenta ciertos aspectos.
Hay gente que piensa que un
engaño, deja de ser tal cuando uno encuentra argumentos suficientes como para
que este deje de serlo, esto no es así, un engaño siempre es un engaño, se
encuentren argumentos que lo justifiquen o no.
Podemos encontrar argumentos que
lleguen a explicar como un elefante podría subirse a una margarita, pero eso no
quiere decir que sea posible, es solo teoría.
De la misma manera vestir con
argumentos un engaño, por elegante que sea el resultado, chocará con la ética
de la seducción y esta no podrá considerarse arte.
El mayor peligro del engaño no lo
corre la persona a la que se desea seducir, sino nosotros mismos si caemos en
él.
Resulta tentador hacerlo (caer en
el engaño), en aquellos momentos en que te preguntan por ejemplo si te gusta
algo en concreto. Decir que si, agradar y buscar el posicionamiento que puede
ofrecernos ese nuevo punto en común, cuando en realidad nuestra respuesta
sincera sería decir no, no me gusta.
Al caer en esa tentación es el
momento en el que comenzamos a convertirnos en otra persona y poco a poco vamos
dejando de ser nosotros mismos.
Cuando dejamos de ser nosotros
mismos, es otra persona la que en realidad se encuentra seduciendo, ese
personaje que engaño a engaño, vamos creando poco a poco y sin darnos cuenta.
Podrás cosechar mil victorias,
anotar mil muescas, pero ¿no te das cuenta de lo triste que resulta tener que
asumir que tu no eres capaz de seducir y tu personaje si?
Por eso, si se llega a perder la
ética, invariablemente se perderá algo de dignidad.
1 comentario:
Guau¡¡¡ estás "especial" en la foto. Besos traviesillos. Ari.
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