domingo, 26 de febrero de 2012

El arte de seducir. Capítulo IX: Posiciones



Continuación de: El arte de seducir. Capítulo VIII: Las nueve variables.

Capítulo IX: Posiciones.



Para poder optar al éxito, debes conseguir que la persona a la que deseas seducir te posicione y te estime. A esto se le llama ganar la posición.

Ganar la posición es que seas reconocido, admirado o deseado por algo, es decir, de ti han de destacar varios puntos y esto lo conseguirás en función del uso que hagas de tus recursos y de como te preocupes en alimentarlos y en hacerlos crecer.

La persona a la que deseas seducir, ha de valorarte por tu:

Caballerosidad

Por lo morbos@ que le puedas parecer.

Por tu educación.

Por tu físico

Por tu cultura

Por tus viajes

En deportes

En arte

En literatura

Por tu sentido del humor

Por tu elegancia

Por tu dinero

Por tu conocimiento del cine

Por tu conocimiento de la naturaleza

Por tu conocimiento de los minerales

Por tus experiencias en las montañas

Por tu música

Etc.

Es evidente que resulta muy difícil dominar todos los ejemplos que he presentado más todos aquellos que existen y que no he reflejado aquí.

Sin embargo, lo que si resulta evidente es que son aspectos que podemos aportar a nuestras vidas, que nos enriquecerán y que deberíamos hacer queramos seducir o no solo por el simple hecho de querer crecer.

Por eso, el crecimiento personal debería ser anterior a nuestra preocupación en nuestro crecimiento como seductores o seductoras.

Seguro que todos nosotros tenemos conocimientos o habilidades en los ejemplos que he puesto, o en otros y esos son los que debemos mostrar.

Sin embargo mucho cuidado al hacerlo, ya que esto ha de realizarse de manera muy sutil. Imaginad que la persona que tenemos enfrente le tiene pánico al agua y nosotros queremos mostrar nuestro dominio del buceo. Puede suceder que aún así disfrute de la conversación, pero también es posible el caso contrario, por lo que deberemos estar muy pendientes de lo cómoda que se encuentra la otra persona con la conversación.



Debemos mostrarlos con una enorme sutiliza y dejar que sea la otra persona la que si tiene interés nos anime a usar ese recurso.

Por ejemplo, si hablamos de vacaciones, se puede dejar caer:

- Estuve buceando en Canarias.

Ya hemos dicho que buceamos, no es necesario insistir en ello, y si el tema interesa ya seremos preguntados.

Sin embargo, y si bien todo los puntos anteriores son opcionales y se puede elegir cualquiera de ellos, o mejor, varios de ellos, hay uno que alguien que pretenda seducir debe cumplir de manera rigurosa.

Caballerosidad.

Hace tiempo oí una descripción sobre que significa ser caballero que me gustó mucho:

Un caballero es aquel que siempre está pendiente de la comodidad de la gente que le rodea.

Por extensión, creo que la descripción es perfectamente válida para una dama.

Tampoco pretendo ser más papista que el Papa, pero observar con detalle el uso de las buenas maneras, acerca mucho a la comodidad de la persona que nos acompaña.

Tampoco pretendo profundizar demasiado en este aspecto, ya que podría ser motivo de una serie de textos dedicados a este tema.

Como resumen, si quiero insistir en la necesidad de que seamos valorados y reconocidos en algunos aspectos por la persona que queremos seducir y de la importancia de crecer internamente.

Sin embargo, y para esto recomiendo una segunda lectura del capitulo VIII en el apartado EGO, es imprescindible que tomemos este reconocimiento con la ventaja que nos ofrece y no nos ceguemos deseando alimentarlo, ya que eso, nunca podrá formar parte de una estrategia, sino de un acto de vanidad vacío que no solo no nos aportará ventaja, sino que podrá causar el efecto contrario, rechazo.

Hemos hablado de nuestro posicionamiento, pero tan o más importante resulta el posicionamiento y el reconocimiento de la persona a la que deseamos seducir.

Sea cual sea la situación, no debemos perder la oportunidad de reconocer sus méritos, de alimentar su ego.

Tal como el diablo decía en alguna película: “De entre todos, mi pecado favorito es sin duda la vanidad”

Cuando hablo de posicionamiento, me refiero a ese “poner en un pedestal” que de manera típica sucede con profesores, guías, monitores, actores o maestros en alguna disciplina.

Si conseguimos ser situados de manera similar, aumentaremos nuestras ventajas de una manera exponencial.

Si no resultamos interesantes o atractivos en ningún aspecto, muchas estrategias podremos usar, que los mismos fracasos cosecharemos.

Cuando nos dispongamos a reconocer a la otra persona, debemos actuar como siempre, con prudencia, ya que un “que bien dibujas” resulta halagador, nueve, suenan a peloteo.

Si somos capaces de halagar con sutileza, con prudencia y sin exceso, podremos elegir en que posición haremos sentir a la persona a seducir, evidentemente, en aquella que mejor convenga a nuestra estrategia.

Es muy importante no confundir el posicionamiento de la persona a seducir con “halagar por halagar”, ofrecer piropos o reconocimientos que no se ajustan a la realidad, eso es mentir.

Si la persona que tenemos enfrente no tiene una cara especialmente bella, siempre podemos resaltar otros aspectos, su pelo, su simpatía, sus manos, su inteligencia, su figura, su imaginación… Pero ante todo, que aquello que digamos sea cierto y lo sintamos. La mentira no forma parte de los recursos de quien quiera progresar en el arte de seducir.

Quien es capaz de posicionar y ser posicionado, dominará la situación.

4 comentarios:

Mar Suave dijo...

Me encanta este capitulo, sin duda de los mas recomendables.¡La de puntos que se llegar a perder con esas mentirijillas que pretenden ser halagos..........!
Un beso sincero

Nyeri dijo...

Lo fácil que parece poder llevar a cabo cada una de la recomendacones que mencionas y lo difícil que es encontrar alguién que no meta la pata por exceso o por defecto.

Hay gente que no sabe medirse y mucho menos medir los límites, deseos y apetecias de los demás.

Menos mal que aún tenemos verdaderos seductores con los que tienes la diversión y comodidad asegurada.

Besos,

Nyeri

Un travieso curioso dijo...

Hola Mar.

Esas mentirijillas que parecen tan inocentes y que además uno piensa que queda genial con ellas verdad? Y sin embargo por la otra parte son recibidad como... " se cree que soy tont@?" jejeje.

Besos muy muy traviesos.

Un travieso curioso dijo...

Que razón tienes Nyeri.

Si es que no es tan difícil, y todo se basa en lo que dices, saber medirse, es tan sencillo....

Besos traviesos

Muy traviesillo