domingo, 13 de noviembre de 2011

45 Minutos y algo más "Desenlace" (Por Nyeri)

Después de suplicarle varias veces, de intentar convencerle para que me follara, de desesperarme porque no sonaba la alarma y de tener que controlar mis manos para que no me castigase parando esos segundos interminables, la alarma sonó.

Él no se lo pensó, me penetró tan fuerte como pudo. Ahora se movía, fuerte, rápido. Estuve a punto de entregarme por completo, deseé ese momento durante 45 minutos que se hicieron eternos, ahora podía conseguir el orgasmo que tanto codiciaba, sólo debía dejarme llevar, disfrutar de sus embestidas y esperar mi merecido premio.

En un momento de lucidez vinieron mis palabras a la cabeza.

“Esta me la vas a pagar…”

- Para!! Dije poniendo mis manos en su pecho.

- No!

- Vamos a la habitación! Insistí

- No, quiero follarte aquí.

- Ven, quiero hacerte algo.

La curiosidad le pudo y se dejó llevar.



Se tumbó en la cama, saqué las esposas del cajón y se las puse. Después busqué un antifaz y se lo coloqué.

Me aseguré de que no viese nada, no quería que supiese cuales era mis intenciones.

Me senté en el borde de la cama y empecé a acariciar su polla, con la otra mano tocaba su culito y cuando empezaba a sentir su erección la metí en mi boca.

Comencé a lamer, cada vez más rápido, una mano acompañaba mis movimientos , mientras la otra exploraba su culito.

Poco después paré el ritmo para coger algo que tenía en la mesita de noche.

Unté crema en un consolador. No paraba de masturbarle mientras acerqué la puntita a su culito y empuje con cuidado.

- Así? Te gusta así? Te lo meto más? Pregunté

- No, así está bien

Volví a pasar mi lengua por su polla, a saborear su miembro duro y a mover el consolador penetrando en él sólo lo justo para no provocar sus quejas.

La intención no era hacerle sufrir, aunque se lo hubiera merecido. Sólo quería que disfrutase y viéndole disfrutar hacerlo yo también. Mi premio podía esperar.

Él no me veía, no podía tocarme, sólo tenía que entregarse al placer, imaginar mil situaciones morbosas y excitarse con cada movimiento que mi boca le regalaba y que mis manos le ofrecían.

A veces comía su polla con intensidad, otra veces detenía el ritmo para ir más despacio, sentía como su erección respondía a los cambios, cómo sus gemidos iban y venían, cada vez más fuertes, más intensos y más duraderos , hasta que el placer acumulado quiso salir y explotó en mi boca.

Me senté en la cama, le quité las esposas y el antifaz y esperé unos segundos para que se recuperase. Le besé agradeciéndole lo que me había hecho disfrutar, conseguir un orgasmo suyo en mi boca es un verdadero regalo para mí.

Me tumbé a su lado, acariciaba su pecho mientras él recuperaba el aliento . Llevábamos más de una hora dedicados exclusivamente a darnos placer, él ya había saciado su deseo y ahora me tocaba a mí.

Se colocó a la altura de mis caderas, agarró fuertemente mis piernas y hundió su boca en mi sexo húmedo. Su lengua se movía dentro de mí, sus dedos también. Empezó a acelerar sus movimientos, cada vez más, hasta que paró bruscamente y se dedicó a hacerme sufrir de nuevo.

- Nunca te lo han comido a cámara lenta? Me dijo conociendo de antemano mi respuesta.

- No, prefiero rápido, por favor.

Pensaba que iba a seguir jugando conmigo, con mis deseos y con mi placer, pero él sabe cuando hay que parar y así lo hizo. Volvió a moverse cada vez más rápido, metiendo sus dedos en mi coño, chupándome y volviéndome loca. Sentía como se acumulaba el placer cada vez más intenso, más penetrante y no tardé en estallar en un orgasmo largo e intenso .


domingo, 6 de noviembre de 2011

45 Minutos y algo más



- Claro… Llevo todo el día inquieta después de leer tu relato….

Me decía mientras en medio del pasillo me desabrochaba la camisa, los pantalones y se arrodillaba ante mí mientras yo perdía la razón entre sus labios…

Por suerte, no llegué a perderla (la razón) y recordé sus palabras… “Después de leer tu relato…” (45 Minutos)

- Si tanto le había excitado leerlo… ¿cuánto le excitará vivirlo? – Pensé.

La llevé al salón, y al sentarse en el sofá dispuesta a continuar donde la había interrumpido, y ver que cogía el móvil me dijo:

- No me lo puedo creer!!! Ahora te vas a poner a llamar por teléfono???

Con una sonrisa pícara le dije:

- No, sólo quiero poner una alarma…

- Jajajaja, y de verdad crees que vas a aguantar?????

La tumbé en el sofá, y mientras me colocaba para disfrutar de sus labios y su lengua en mi sexo, acariciaba sus braguitas, haciendo que ella abriera cada vez más las piernas y se ofreciera al placer.

No tardé mucho en separarme y colocar mi cara entre sus piernas, al sentir como acariciaba y besaba sus braguitas, las apartó con su mano para poder disfrutar más.

- Chsssst, debes colocar las manos hacía arriba, cada vez que las bajes pararé en seco. – Le dije mientras volvía a colocar la fina tela en su sitio.

Continuaba besando sus muslos, sus ingles, besando y acariciando, jugando con ella…

Después de apartar sus braguitas, deslizar mi lengua y jugar con mis deditos durante unos instantes, se las quité e hice que se diera la vuelta.

Me encantaba disfrutar de su humedad, deslizaba mis besos por su culito, entre sus piernas, dejando que mi lengua la recorriera saboreando su placer, jugando con sus orificios, besando sus labios más íntimos mientras mis dedos deambulaban desde su clítoris hasta su culito.

Ella me pedía que le metiera los dedos, necesitaba sentirse penetrada, y yo accedía… a veces.

Volví a darle la vuelta mientras ella me pedía que la follara.

- Métemela, métemela… por favor…

Recordando el relato me decía:

- Meterla no es follar… Eso no es follar….

- Todavía no… aún nos queda mucho tiempo para jugar…

Ahora ella estaba bocarriba, abría sus piernas, deseaba más, se ofrecía a mí…

Podía ver como su excitación se desbocaba. En ocasiones, no podía controlarse, y cuando mi lengua dejaba de jugar con su clítoris, bajaba la mano para continuar y alcanzar así el orgasmo que tanto deseaba… Yo le retiraba la mano y paraba por completo hasta ver como de nuevo las colocaba hacia arriba, lejos de su sexo, entonces, buscando complacer en algo sus deseos, comencé a hacerla sentir penetrada… Primero con un dedo, jugando lentamente, después con dos para acabar con tres mientras ella gemía y se acercaba peligrosamente al borde del orgasmo. Con un solo beso en su clítoris estuvo a punto de correrse, así que no me quedó más remedio que detenerme por unos instantes.

Me recosté a su lado, nos besábamos y ella buscaba acabar el trabajo con su mano mientras yo la sujetaba y se lo impedía.

Entonces, mientras volvía a intentar convencerme de que meterla no era follar, mis dedos volvían a acariciar su sexo muy suavemente.

Para ese momento, su excitación era tal que cualquier roce la volvía a colocar a punto del orgasmo, tanto, que cuando volví a parar, y tras unos segundos, pude comprobar cómo le sobrevino uno, sin nada, sin caricias, sólo por el cumulo de excitación al que estaba siendo sometida…

Fue pequeño, fugaz….

- Ves? Es que así, no me gusta correrme…

- Ya, pero eso te hace crecer el deseo de correrte como dios manda, no?

- Siiiiiiii

- Pues de eso se trata….

Ahora debía tener aún más cuidado, cada roce, cada caricia, llevaban su excitación al límite, hasta el punto que volvió a tener dos orgasmos más como el de antes…

Yo ahora jugaba a meterle un dedito despacio procurando casi no rozar el clítoris, recorría sus muslos de uno a otro y cuando pasaba por su sexo solo me podía permitir pasar la lengua un par de veces o tres, ya que sus caderas me anunciaban el riesgo que corría, y continuaba dirección al otro muslo.

- Joder!!!!! Cómemelo bien!!!!! Me decía mientras presionaba mi cabeza contra su coñito impaciente…

Yo lamía y lamía a su alrededor, en sus labios, sus ingles y ella me decía…

- Así no se come!!!!!




Pero no podía arriesgarme, ya quedaba poco tiempo….

- Si no te gusta lo dejo.

- Eres un hijo de puta!!

Por fin me decidí a complacerla parcialmente. Me coloqué entre sus piernas y la penetré hasta dentro.

No me movía, no hacía falta que le explicara la diferencia entre meterla y follar. Ella procuraba ofrecerse todo el placer que podía, movía sus caderas intentando que entrara y saliera, se frotaba contra mí y yo consentía. Presionaba fuerte para que pudiera sentirla profunda, pero también para que no pudiera follarse con ella.

Después de unos instantes, volví a sacarla a pesar de sus negativas…, intenté calmarla metiéndole los dedos, lamia a ratos y ella se retorcía una y otra vez.

- Joder!!!!!! Eres un cabronazo!!!!!! Esta me la vas a pagar… - repetía una y otra vez…

Por fin sonó la alarma, así que sin esperar a que se repitieran los tonos, y sin detenerme a pararla, se la metí fuerte y hasta dentro.

Ahora ya no eran necesarias las delicadezas, ella tampoco las quería, así que embestía fuerte, una y otra vez… Los dos disfrutábamos desbocados, sin necesidad ya de control ninguno.

Por fin nos dejamos llevar, disfrutamos asalvajandonos en nuestras embestidas, en el movimiento de las caderas, en la pasión y casi obscenidad de nuestros besos…

Sin duda no hay nada como contener el placer para después disfrutar de su explosión. Pude sentir como dominaba su excitación, como la tenía a mi merced, como la excitaba cuando yo quería y como la frenaba cuando yo lo decidía. Me gustó dominar toda la situación… Bueno, al menos hasta que dejé de hacerlo, pero eso es…. Otra historia.